viernes, 9 de mayo de 2008

A JUGAR TODOS!!!!


Es necesario estar informados para llevar una convivencia solidaria y respetuosa. Preguntando, informándonos, a través de talleres, reuniones podremos comprender los verdaderos alcances del virus del VIH.




NUNCA UN NIÑO TRANSMITIÓ EL VIRUS DEL VIH A OTRO NIÑO


Fuente: Folleto "a jugar todos" del M.S.P., Programa Prioritario ITS/SIDA, Programa Nacional de Salud de la Niñez, Organización Panamericana de la Salud, ONUSIDA, Mecanismo Coordinador País.

Hay 2.500 niños huérfanos por el Sida; denuncian discriminación

Estudio. Señalan que los rechazan en escuelas, hospitales y entre pares

Déborah Friedmann

Cuando Laura estaba embarazada de su segunda hija, le diagnosticaron HIV. Seis años después, en 2004, falleció. Su pequeña no tiene la enfermedad pero sí otras secuelas: retardo en su desarrollo y desinterés en aprender.

Esa niña y su hermano son dos de los niños huérfanos a causa del Sida en Uruguay, una realidad que alcanza a 2.500 menores, según cifras oficiales difundidas por Presidencia.

La mayoría no son seropositivos, según un estudio realizado por el antropólogo Hanspeter Reihling. El análisis indicó que 39% de los huérfanos tiene entre 5 y 9 años, 31% entre 0 y 4 años, 25% entre 10 y 14 años y 5% entre 15 y 17 años.

Algunos de esos chicos estaban el viernes 5 en la sede de la Asociación Franois-Xavier Bagnoud (AXB). Entre risas y nervios hacían los últimos aprontes para la obra de títeres que presentarían tres días después llamada "A no discriminar". Una ocasión para la que trabajaban desde hacía más de un año.

Allí plantean el caso de Lucas, un niño discriminado por sus compañeros por tener HIV hasta que él les explica que toma "muchos" remedios pero juega al fútbol, viaja en ómnibus, va al cibercafé y tiene muchos amigos en el barrio. Después de recibir la información, los demás pequeños cambian de actitud hacia Lucas.

La elección del tema de la obra no fue casual. "La discriminación es uno de los problemas que venimos constatando. Son varios estigmas, hay mucho que tiene que ver con la desinformación, que lleva a pensar que un niño por estar compartiendo una clase o un banco de escuela pueden llegar a transmitir el virus a otros niños", dijo a El País Macarena Duarte, directora de AXB en Uruguay.

En particular, sostuvo Duarte, hay "problemas" a nivel de las escuelas con la información sobre el Sida.

La discriminación excede a los ámbitos escolares. Una encuesta a 6.500 personas realizada por la Universidad de la República y el Ministerio de Salud Pública es una muestra de ello. El 22,8% manifestó que los niños con HIV no deberían estar en la misma clase con otros niños, el 34,6% opinó que las personas con el virus deberían abstenerse sexualmente y el 67,7% consideró que no deberían tener hijos.

La transmisión perinatal del HIV bajó en Uruguay de 26% en 1996 a 3% en 2006.

RECHAZO. Reihling, quien realizó entre noviembre de 2005 y mayo de 2006 un análisis sobre la situación de la infancia frente al HIV/Sida en Uruguay señaló que el número de niños afectados creció "rápidamente en los últimos 15 años". En 1995 había 900 menores con padres enfermos de Sida, una cifra que llegó a 3.800 en 2005. Para 2010 Reihling estimó que el número llegará a 5.800.

Además, señaló que el número de los que tienen padres con HIV pasará de 2.500 a 12.500 en el mismo período.
Estos niños tienen consecuencias. "Presentan frecuentemente retraso escolar, carencias afectivas, desnutrición y se encuentran desprotegidos contra los malos tratos", señaló.
En su estudio Reihling constató discriminación de niños cuyos padres tienen el virus o la enfermedad.
Por ejemplo, una mujer le prohibió a su hija jugar con una niña seronegativo, pero cuya madre tiene HIV. Otro niño, que tampoco tiene la enfermedad, sufrió discriminación de sus pares porque uno de sus padres la tenía.

Además, en el caso de los niños huérfanos, Reihling señaló que existe relación entre la pobreza, la orfandad, el HIV/Sida y el trabajo infantil. Ellos se ven "presionados" a buscar un trabajo remunerado para satisfacer sus necesidades básicas.

Para los que sí tienen HIV/ Sida la situación se presenta aún más difícil. Reihling señaló casos en que los niños no son atendidos en hospitales de Salud Pública, en particular los rurales, y en barrios de "clase media alta" de Montevideo. Una madre, por ejemplo, denunció haber sido rechazada con su hija que tenía fiebre alta sin explicación alguna.

A nivel educativo encontró casos de rechazos al ingreso cuando la enfermedad es revelada, expulsión del niño durante la concurrencia o cambios de centros educativos debido a la discriminación.

En particular, narró el caso de una niña que fue instada a abandonar un colegio privado del interior. Había tres padres que amenazaban con retirar a sus hijos si ella no se iba.
En el estudio, a Reihling le llamó la atención que "con frecuencia" menores con HIV/Sida son referidos a instituciones educativas especiales.

El especialista indicó que en Uruguay no existe una atención médica, psicológica y social destinada específicamente a adolescentes mayores de 14 años con HIV o Sida. Además, los adolescentes no pueden someterse a análisis de HIV sin un adulto.

De acuerdo al estudio de Reihling no "existe una política que afronte específicamente la situación de los menores de 18 años" con HIV/Sida o huérfanos por esa causa.

En el caso de los niñas y niños seropositivos, se permite acceder a la pensión de $ 2.500 destinada inicialmente para los adultos. Además reciben una canasta del Instituto de Alimentación y un pase libre de transporte. Quienes son huérfanos pero no tienen la enfermedad no poseen esos beneficios, señaló el antropólogo.

Las cifras
22,8% es la proporción de 6.500 encuestados que opinan que un niño con HIV no debería compartir la clase con otros niños.

12.500 es la cantidad de niños uruguayos cuyos padres tendrán HIV en 2010, según una estimación de Hanspeter Reihling.

Un muerto cada 15 segundos
Cada 15 segundos el Sida mata a un padre o una madre. En el mundo ya son más de 15 millones millones de niños y niñas huérfanos y por lo tanto, afectados también por el virus por más que no lo tengan. Según la Asociación Franois-Xavier Bagnoud (AXB) constituyen la población infantil más vulnerable del planeta. El Día Mundial de los Huérfanos del Sida fue establecido por la AXB todos los 7 de mayo.

Según un informe de Unicef todos los días se producen cerca de 1.800 infecciones por HIV entre los niños y niñas menores de 15 años, la mayoría debidas a la transmisión de madre a hijo.

Además, cada 24 horas 1.400 niños y niñas menores de 15 años mueren debido a enfermedades relacionadas con el Sida y más de 6.000 jóvenes entre 15 y 24 años contraen HIV.

Ayudar a mantener vínculos
En Uruguay, la Asociación Franois Xavier Bagnoud (AXB) es una de las instituciones que se dedican a apoyar a los niños huérfanos del Sida. Su labor apunta a que el niño permanezca con alguno de sus afectos para no profundizar su desarraigo.

"Se busca dar el soporte necesario para que un padre, una abuela o una tía se haga cargo del menor y puedan acompañar su proceso de desarrollo", señaló la directora de AXB, Macarena Duarte.

La Asociación brinda asistencia psicológica a los familiares o a los referentes de los niños. Según Duarte no son frecuentes los casos en que los familiares no quieran encargarse del niño porque tenga HIV. "Lo que sucede sí es que no tienen los medios económicos o tampoco condiciones para hacerse cargo enteramente", contó.

Sostuvo que en Uruguay no hay una ayuda económica para quienes se hacen cargo de esos menores y consideró necesaria su instrumentación para los niños huérfanos.
De todos modos, Duarte dijo que hay experiencias muy positivas. Por ejemplo, niños que viven con una abuela, pero que algún vecino ayuda en la crianza llevándolos de paseo o atendiendo otras necesidades.

AXB brinda para los familiares talleres que puedan dar una salida laboral y en el caso de los niños apuntan a instancias que contribuyan con su desempeño escolar y también con actividades manuales. En algunos casos, además, dan ayudas de materiales. Lo hacen, por ejemplo, cuando es necesario hacer un cuarto más en una casa para que el niño permanezca viviendo con algún familiar. Están en Juan Paullier 1319.

SIDA: Presencia negada, responsabilidad no asumida

Entrevista realizada por Hector Valle a la Dra. Mary Rodríguez Pedezert

“En el silencio de la noche, lo que horroriza no es la muerte, sino el ser”. Así, al menos, lo afirma y yo concuerdo, Alain Finkielkraut al abordar la cuestión del otro, desde la sabiduría del amor (así se intitula su obra al respecto, editada por Gedisa).


¿Cómo reaccionará uno u otro, tú o yo, ante una enfermedad como el SIDA, sea en uno como en alguien de nuestra cercanía?

Si bien no es fácil la respuesta, desprovisto uno de la retórica hueca, por cierto tendemos a pensar que, ante el impacto de la noticia, ante la realidad que golpearía nuestro ser, uno siempre permanecería, o debiera permanecer en la misma proximidad con el otro. Eso en un humano, en un hombre o una mujer con valores éticos asumidos y asimilados. Pero no es tan así, lamentablemente.


Para abordar esta temática fuimos en busca de una organización uruguaya, SUSIDA, con un equipo multidisciplinario que está en este tema y que permanece en la primera línea de acción, desde hace largos años.


Luego de presenciar en la sede del CASMU, una actividad organizada por aquella institución y que contara con el aporte del grupo SALUDARTE, de teatro espontáneo, con la dirección de la Psicóloga Rasia Friedler, solvente y experiente en este campo, y su grupo, compuesto de diez chicos y chicas que bien actuaron como interactuaron con quienes allí estuvimos, respecto del SIDA, decidimos ahondar en la temática.


Pasemos a la entrevista que concediera a La ONDA digital la Secretaria de SUSIDA, doctora Mary Rodríguez Pedezert:


– En tanto usted integra SUSIDA, ¿qué viene a ser esta institución?


– Es la Sociedad Uruguaya de SIDA, es una sociedad científica, multidisciplinaria que reúne y coordina esfuerzos de diferentes profesionales relacionados al tema SIDA. Tiene ya doce años de fundada, siempre dedicada a actividades científicas, con formación e información continua a médicos y al personal de la salud, y también a público en general. Porque creemos que la mejor forma de combatir esta epidemia es la información. Y más que la información, porque estamos concientes que la gente tiene información, el problema creemos que está en la concientización. La gente sabe cómo se transmite, sabe cuál es el virus, sabe cómo se previene, pero la epidemia cada vez es más. No estamos concientes de que es un problema.


– Le formulo una pregunta y le pido no reaccione mal conmigo, pero ¿existe el SIDA en el Uruguay?


– Claro que sí, y cada vez son más.


– Porque el silencio es cada vez mayor. Parecería que desde la no información, la no divulgación, el tema no existiera en el Uruguay.


– Si nosotros hablamos de información, se habla de VIH y la gente quiera o no, algún concepto tiene. El problema es que no estamos concientes de que nos puede pasar a nosotros. Es un problema de otros. Es un problema de los jóvenes, “porque como esto es un problema de los drogadictos, es un problema de los jóvenes”. Pero no sabemos que existen cada vez personas más grandes. Nosotros tratamos pacientes abuelas, pacientes abuelos, tenemos un paciente de setenta y dos años. O sea que no es una enfermedad de los jóvenes. Es una enfermedad que, mayoritariamente, está en los jóvenes, pero que existe en todos los grupos de edades. Después es un problema “de los drogadictos”. Entonces como yo no soy drogadicto capaz que no me viene el problema pero no sabemos que los drogadictos pueden ser pareja de otra persona que estuvo con nosotros e indirectamente también contagiarnos. O sea que no hay una persona que esté exenta del riesgo de contraer el SIDA.
Muchos pacientes que nosotros controlamos, algunas mujeres, lamentablemente, que nosotros controlamos, el único riesgo o la única situación de riesgo que tuvieron fue ser señoras casadas fieles con su esposo. Ese fue el único riesgo y se contagió de VIH. O sea que tenemos que estar concientes de que el problema es de todos, que el riesgo existe, en todos los grupos sociales y en todas las personas.


– Otra pregunta retórica pero que igual la formulo: ¿también existe el SIDA en los niños en el Uruguay?


– Hay niños. La epidemia primero comenzó en los homosexuales. Los homosexuales se dieron cuenta cuál fue el problema, se cuidaron y ahora, mayoritariamente, la vía de transmisión es heterosexual. Por lo tanto, cada vez hay más mujeres, y por lo tanto con la transmisión de la madre al hijo, cada vez hay más niños. Y hay niños VIH positivos, hay niños en estadio SIDA y hay niños que murieron por SIDA.


– El tema al que usted refería de la falta o de la poca concientización y más que nada de la gente de la sociedad, y yo digo de las autoridades en cuanto a la no divulgación masiva y sistemática, ¿cómo está la campaña contra el SIDA? ¿Es un tema de esfuerzo personal de médicas, médicos y paramédicos? ¿Hay un plan?


– Es un esfuerzo de todos, que todos tenemos que hacer y ser concientes de este problema. Porque en la medida que en el mejor de los casos que a mí nunca me va a tocar enfrentarme con un virus VIH y yo no me voy a infectar con VIH, el virus infecta a la población mayoritariamente, económicamente, mantiene al país. Son los pacientes que trabajan, son los padres, son las madres de los jóvenes. Si esa masa de gente se enferma, nosotros que somos un país subdesarrollado, donde cada vez tenemos hay más población vieja, ¿quién va a mantener esta sociedad? Y si no me sirven todas esas excusas, si no me quiero enfermar, si no proteger al otro, si no quiero proteger a los niños, si no quiero proteger a las mujeres y en forma egoísta solamente pienso en plata, si esta epidemia sigue su evolución, no va a haber sistema de salud que aguante, porque estos son tratamientos caros, estudios caros, controles caros, O sea que, de alguna forma, esto nos tiene que ingresar. Si no es por el otro, si no es por la salud, bueno que sea desde el punto de vista económico.


- ¿La progresión del SIDA en el Uruguay, en los cinco últimos años, ha sido y es importante?


– Se había dicho que la prevalencia de la infección eran dos personas por mil habitantes. Dos años después son cuatro personas por mil habitantes, se duplicó. Y cuando nosotros miramos los números, vemos que en esas cifras suman unos cinco mil y pocos, pero estudios Centinela que ha hecho el Programa Nacional de SIDA demuestra que son más de doce mil. O sea que tres veces más del número que conocemos, existen personas que andan caminando por la calle que no saben su condición de VIH positivos.


– Esas personas una vez identificado el virus y cuando comienza la etapa en que debe ser internadas ¿adónde van? ¿adónde se las interna? ¿Hay un plan al respecto o cada caso merece un trato especial?


– Depende. Si usted tiene derecho a una asistencia privada, va a su mutualista, que sí –no me ponga caras-, los ingresan, se tratan y se cumple el tratamiento antirretroviral, muy costoso, a costa de las instituciones. Si el paciente tiene derecho a asistencia pública, generalmente, se ingresan en los hospitales generales y cuando se hace el diagnóstico se trasladan al Servicio de la Cátedra de Enfermedades Infectocontagiosas, que es el Instituto de Higiene. Allí se concentra la mayor población, y sobre todo, allí se controlan los pacientes ambulatorios. Ahí se controlan y se reúne el mayor número de pacientes. Usted dice de Montevideo, yo le digo Montevideo y el Interior, porque en pueblo chico que alguien se entere que es un VIH positivo es condenatorio.
Entonces los pacientes del interior viajan a Montevideo a ser tratados y controlados. O sea que en esos Departamentos, en esos mapas que usted ve y dicen que en el interior hay cero pacientes o dos pacientes es porque están todos concentrados acá en Montevideo. Si yo le digo que hasta hace dos años, en Rivera, los pacientes de VIH positivos, no tenían ni derechos de ser enterrados en el cementerio.


– Le creo. Sé o creo saber, desde hace muchos años, que hay o había problemas en empresas fúnebres, por el tratamiento del cuerpo. Es una discriminación feroz.


– Además el paciente que quizá vino y se trató en Montevideo, mantuvo el mayor secreto y, cuando se murió, la familia exige que se entierre en el cementerio y en ese momento, se entera que era VIH positivo.


– Estos enfermos que están en el Instituto de Higiene y que uno piensa deben tener un seguimiento psicológico, psiquiátrico si acaso, debe ser altamente difícil sobrellevar la vida, tanto para ellos como para quienes trabajan con ellos.


– Es muy difícil llevar cualquier enfermedad crónica. Agravado a eso, la discriminación. Porque uno dice paciente VIH positivo y ya se forma un cerco alrededor y no se acerca nadie.

– Es increíble pero, ¿todavía hay gente que teme abrazar a un sidoso o a una sidosa?– Yo soy médico y trabajo con VIH positivos y hay gente que me dijo, colegas que me dijeron no te saludo más porque vos trabajas con VIH positivos. No entran a la sala: “¡Pero vení, entrá” “¡No, no, yo te espero afuera!” Y uno dice, ¿pero cómo se contagia?. Sabemos bien cómo se contagia, pero cuando nos enfrentamos al paciente, salimos corriendo.


– El terror puede más. – Todo el mundo sabe perfectamente bien cómo se contagia, y hablamos al personal de enfermería. Sabemos mucho pero cuando llega la situación suele no saberse nada y perder el norte.


– ¿Hay comunicación e intercambio de información, hay ayuda con la región, entre la misma?


– Nosotros, como Sociedad Uruguaya de SIDA, somos una sociedad sin fines de lucro y nosotros no recibimos ayuda. Nos autofinanciamos con una pequeña cuota a los socios y después con las actividades científicas al cobrar una pequeña entrada, para pagar los costos. Todo el mundo trabaja sin sueldo, poniendo horas de trabajo, su teléfono, más que cobrar se da. No tenemos ningún apoyo. Sí, a nivel regional, nosotros organizamos actividades y vienen, por ejemplo, colegas argentinos muy gustosos sin cobrarnos absolutamente nada, por supuesto nosotros nos encargamos de la estadía, pero sin cobrar por su tarea. Pero aporte nosotros no recibimos de ningún tipo.

- ¿E intercambio?


– Lo que se hace acá, se hace en el mundo. Las drogas que hay acá son las que hay en el mundo. No existe un paciente que pueda decir me voy a otro lado porque voy a estar tratado con mejores drogas. Lo que existe acá, afortunadamente, hemos tenido contacto, por diversas vías, y lo que se hace en el Uruguay es lo que se ve en las pautas internacionales. En ese sentido, estamos tranquilos que estamos haciendo las cosas bien, con nuestros déficit, con nuestros problemas, pero estamos haciendo las cosas bien.
Lo que es examen de paraclínica también. Con demoras, no tan frecuentes como quisiéramos, pero existen y se hacen.

- ¿Cuál es o cuál puede ser una de las actitudes del enfermo de SIDA que está internado de acuerdo a su momento de vida?


– No solamente el que está internado, el paciente VIH positivo. Y las actitudes son muy diferentes. Es aquel paciente que no quiere que nadie sepa, que esconde sus pastillas, que viene en secreto. Y aquellos pacientes que tomaron la bandera y están haciendo algo por el grupo. Esos pacientes están en el SEICA; hay un grupo de pacientes trabajando por conseguir cosas para los pacientes, como canastas, pasajes de ómnibus gratuitos y esa gente está dispuesta a dar su opinión y a salir y ellos con nosotros han salido a la televisión y dan la cara, para mostrar cuál es su realidad. Son diferentes formas, ninguna es criticable. Algunos apoyan en forma anónima y otros apoyan en forma personal y abierta.

– Claro porque además son situaciones que uno no racionaliza en lo previo y no sabe cuál será su reacción en el momento mismo del impacto.


– No es solamente por uno. Es la familia, es la pérdida de la familia. Pierde la familia, pierde el trabajo, se pierden los amigos. Es, como dice la doctora Liliana Calandria, Presidenta de SUSIDA, son dos muertes: es la muerte social y es la muerte por la enfermedad. Es muy difícil. Pero hay que dar una oportunidad. En veinte años de epidemia, hemos conseguido tratamientos, hemos conseguido controles. Todavía no existe cura para el VIH positivo, pero ¿qué sabemos si mañana no se logra una cura? ¿No estaremos en la época de la tuberculosis cuando todos se morían y lo único que hacíamos era enviarlos al campo a respirar aire puro? Hoy la tuberculosis se cura. ¿Dentro de unos años no va a pasar lo mismo? ¿entonces por qué los discriminamos?

- ¿Por qué nos vemos en ellos?


– Es difícil.

– Yo le agradezco, doctora Rodríguez Pedezert. Esto recién comienza para mí y espero poder ahondar en el tema que es el estudiar la posibilidad de entrevistar a un paciente o una paciente bien como que ellos expresaran aquellos que les inquieta, aquello que entienden debe conocerse, para lo que quedamos a disposición de ustedes, de SUSIDA. Gracias.

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